lunes, 4 de mayo de 2009

EL REINO DE LA LUZ: SEGUIMOS

Arturo y sus amigos han sido atrapados. Así de duro ha tornado el capítulo. El hombre misterioso que se les ofreció como guía no era más que un un tipo a sueldo de Borgón, quien para asegurarse de que no se les escapaban vino con un pequeño ejército. ¿Escaparán? ¿Cómo? No puede estar más intrigante el capítulo...

Demolición. Es el título que hace referencia al Arturo del presente. ¿Por qué? La Fundación está siendo derribada, lo poco que quedaba. Produce desasosiego leer como un edificio tan fundamental en la trilogía queda reducido a escombros. Pero no es nada comparado con lo que ha hecho el padre de Arturo: ¡ha firmado un documento en el que entrega definitivamente el apellido a Stromber! Esto sí que es una sorpresa. Normal que Stromber esté tan contento... ¿De verdad los Adragón se han rendido tan fácilmente? Arturo no es de esos...

Y ahora entra en escena la reina Astrid. ¿Quién es? La esposa del malévolo Rugiano...
Arturo y compañía han conseguido escapar de la celda, gracias al poder de Adragón. No hay nada que más nos alegre: el poder de las letras al servicio de la justicia. Son conducidos por un carcelero, a regañadientes, a la alcoba real. Y ahí está Astrid ¡intentando matar a su marido! Imaginaos la escena. Crispín, Horacles, Arturo, Amedia y su padre entrando avasallando y se encuentran que se les han adelantado. Casi. La detienen en el mismo instante en que va a clavarle el puñal. ¿Por qué hace eso? ¿Es buena, mala, o simplemente es una trampa?

Seguiremos..

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